ACERCA DE TIEMPO COMPARTIDO

El mercado secundario de la propiedad vacacional se levantó poco a poco al principio, impulsado por los propietarios de tiempo compartido que querían vender su tiempo compartido por varias razones: divorcio, cambios de estilo de vida, una muerte en la familia, razones financieras, etc. Esto junto con un porcentaje de propietarios que simplemente nunca aprendieron cómo utilizar el producto de manera eficaz y se desencantaron de él.

Porque los números no fueron significativos al principio, y porque los desarrolladores de tiempo compartido no tuvieron visión a largo plazo, no se hizo nada para abordar la necesidad de un lugar de reventa organizada dentro de la industria. Hoy, décadas después de que las primeras empresas de reventa de tiempo compartido comenzaron a surgir, la situación se ha agravado hasta el punto en que se ha convertido en un problema importante tanto para los propietarios que quieren vender, como para los desarrolladores que están tratando de vender el nuevo inventario.

Los propietarios de tiempo compartido tienen que entender un par de cosas acerca de la reventa de tiempo compartido.

Debido a que el precio “minorista” de tiempo compartido (comprar al desarrollador) incluye un costo de ventas y marketing con un promedio de 50 % del precio de venta, una vez que se ha comprado, su valor financiero cae por lo menos esa cantidad.

En parte porque la industria de reventa de tiempo compartido no está configurada para vender el inventario no deseado en la misma forma en que se vendió originalmente, (invitando a la gente a asistir a una presentación y convencerla de comprar), y porque la industria del tiempo compartido en su conjunto nunca hizo lo necesario para crear un amplio interés en la propiedad vacacional, no hay mercado secundario significativo que se haya desarrollado para ayudar a mantener un precio razonable.

Debido a las dos principales razones anteriores, la gran mayoría de los inventarios de tiempo compartido disponibles hoy en el mercado de reventa, se pueden comprar por unos centavos. Si usted está tratando de vender, no debe esperar obtener una cantidad parecida a la que pagó, y cualquier empresa de reventa (o representante de ventas de tiempo compartido) que le diga lo contrario, le está mintiendo.

La mayor parte de las primeras empresas de reventa de tiempo compartido que existieron eran relativamente pequeñas, y la mayoría de ellas hicieron un esfuerzo honesto para vender el inventario. Por lo general, cobraban una cuota razonable por adelantado por sus esfuerzos, o cobraban una comisión una vez que la venta se cerraba. Muchas de esas empresas todavía están en función, y otras personas que trabajan bajo el mismo modelo han surgido a través de los años desde entonces.

Pero no pasó mucho tiempo para que algunos empresarios reconocieran que gran dinero se podría hacer con la promesa de vender la creciente cantidad de inventario que comenzó a golpear el mercado, sin tener que hacer ningún esfuerzo. Estas empresas, que ahora incluyen algunas de las mayores empresas de reventa en la industria, fueron/son en realidad nada más que más empresas en la lista; ellas venden propietarios en su capacidad para vender el inventario (¡en efectivo!), pero en realidad sólo añaden el nuevo inventario a una lista existente de cientos o miles de semanas que luego publican en sitios web, a menudo usan anuncios en periódicos (y ahora en los motores de búsqueda como Google ) para llamar la atención sobre ese sitio web. El problema es que este tipo de anuncios no tratan de vender su tiempo compartido, y además atraen más gente que quiere vender, no que desea comprar.

Y cobran altos honorarios por adelantado, a menudo más del valor del tiempo compartido.

Una de las primeras empresas operando en ese modo es ERA Stroman, una empresa con sede en Texas que tiene oficinas en varios estados. Stroman es un ejemplo importante a causa de algunas decisiones judiciales que fueron dictadas en los últimos años, basadas en las demandas presentadas tanto en contra de la empresa y por la empresa.

En 1998 los reguladores de Florida demandaron a Stroman Realty, Inc. en el Tribunal de Circuito del Condado de Leon, culpando a la compañía de violar una ley de Florida de 1995 que prohíbe cobrar honorarios por adelantado para poner un tiempo compartido a la venta. La demanda también acusó a la compañía de operar sin una licencia de corredor de Florida, y pidió a la corte detener las actividades de la empresa en el estado.

En respuesta, Stroman presentó su propia demanda contra Florida, en el Tribunal de distrito de EE.UU. en Houston, TX. Stroman argumentó que la legislación de Florida era “una carga inconstitucional sobre el comercio interestatal”, diciendo que debido a que su negocio consiste en compradores y vendedores de todos los estados, no debería estar obligado a ser un corredor con licencia en todos los estados, ni a cumplir con las leyes locales de cada estado. En su lugar, debería ser suficiente con que se rige por la ley de Texas, donde se licencia como un corredor y donde se permite cobrar honorarios. (Stroman sólo tenía sus oficinas en Texas, pero hizo negocios en otros estados por la comercialización a través de Internet y de anuncios publicitarios de correo directo y periódicos).

En resumidas cuentas, después de once años de disputas, en 2009 el juez del Tribunal de Circuito del Condado de Leon, P. Kevin Davey estableció que se requería una licencia para todas las transacciones que incluyeran tiempos compartidos, bienes raíces y pripiedades situados en Florida, y en los casos en que el vendedor de tiempo compartido residiera en Florida. El tribunal también dictaminó que el cobro de honorarios por adelantado a los residentes de Florida, independientemente de la ubicación de la propiedad y de los propietarios de tiempo compartido, está prohibido.

Dado que algunas de las mayores empresas de reventa en el país tienen su sede en la Florida, esta decisión provocó algunas ondas de choque. Pero casi de un día para otro, se adaptaron cambiando de empresas de “reventa” a empresas de “publicidad”. Al parecer no hay ninguna ley en contra de cobrar por la publicidad.

La regla general hoy en día si usted quiere vender su tiempo compartido es la mismo que ha sido durante décadas: Evitar el pago de cientos de miles de dólares por adelantado a cualquier empresa de “publicidad/reventa” que lo llame prometiendo resultados rápidos o que dice que ya tiene un comprador, etc. Y antes de pagar algo a una empresa, investíguela en Internet para averiguar sobre su reputación, su calificación BBB, quejas, etc. Con un poco de investigación usted puede ahorrar mucho dinero y pesadumbre.

Hay otras maneras mejores y menos costosas para librarse de su tiempo compartido, incluyendo el último recurso de simplemente regalarlo. Lo principal a recordar es que en casi todos los casos usted NO debe esperar obtener algo parecido a lo que originalmente pagó, especialmente en el actual clima financiero.